Hola bella mujer, hoy te quiero contar algo;

Ayer hice un alto en mi camino, escuché a mi cuerpo un poco cansado, revuelto y agitado por emociones varias, provocadas por varias situaciones fuertes con seres muy queridos para mí. Vida, Muerte y Renacimiento, de nuevo estas tres palabras, es el título del retiro que daré este mes, parece que el curso se manifiesta en mi vida estos días con más fuerza que nunca, una sensación que me hace parar, reflexionar, y sobre todo sentir el valor autentico de las relaciones y a través de ella de la vida misma, experiencias de encuentros desencuentros, despedidas, amor y desamor, al final la enseñanza mayor para todos la “aceptación”. Agradezco sentir el dolor que hace que toquemos lo profundo, lo importante, sea lo que sea para “bendecirlo” nos hace crecer y seguir amando sin miedo.

Gracias cuerpo, gracias vida…

Ayer quise dedicar tiempo para pasar la mañana con mi hija, apoyando sus nuevas ilusiones, proyectos (nacimientos), mientras hablábamos y dejábamos que el sol acariciase nuestro rostro, juntas mirando al mar, que bonito momento, la miraba y sentía sus también agitadas emociones por lo que se va y lo que llega, se despedía de su pasado (muerte) me di cuenta que esto nos unía a las dos más en la vida (presente), observe en el silencio de mi interior las sincronicidades de la vida. ¡En un instante recordé a través de ella tantas cosas de mi vida!!!

Por la tarde, en el útero de mi habitación me vino a mi mente mujeres con coraje de la historia. Sentí un inmenso agradecimiento a todas las mujeres que me han precedido, que me han abierto caminos, que han sufrido en soledad, y aun así su alma persistió, me conecté con su dolor y sus ganas de cambiar el mundo, y lo hice mío.

Este sentir profundo me llevo a mi madre, hermanas, consuegra, cuñadas, amigas, alumnas, pacientes, mujeres compañeras de camino, sentí un gran sentimiento de unión, y agradecimiento hacia cada uno de ellas, mujeres que pasaron por mi vida, las que me amaron, cuidaron y apoyaron, y también las que me dañaron, todas sin excepción me ayudaron a ser quien soy hoy.

Hoy puedo decir que soy la mujer que quiero ser, y eso es maravilloso.

Deseo que tú también seas esa mujer que quieres ser, que recuerdes tu valor infinito, tu belleza única, tu fuerza y tu luz.

Mientras escribo esto me inunde una gran alegría interna difícil de explicar con palabras.

Estoy en mi despacho y me doy cuenta que estoy rodeada de mujeres sabias y maravillosas, emprendedoras que cuido y me cuidan, en el silencio de las palabras, oigo el teclado de mi ordenador y el del ordenador del otro despacho, donde está trabajando mi equipo, Beatriz y Cristina, mientras mi amiga del alma duerme, que paz hay en mi hogar, que afortunada me siento. Gracias a la vida por darme tanto.

¡Rodéate de mujeres que te acaricien el alma!!!

Mímate, quiérete más cada día, regalate momentos nutritivos. Crea rituales en tu vida para recargar las pilas. Yo ayer me di mi masaje semanal, cené y fui al cine con una gran amiga, que una vez al mes quedamos para estar juntas 24horas, meditamos juntas, conversamos y nos reímos hasta quedarnos dormidas. Cada día tomo más conciencia de que para poder dar, cuidar y acompañar a otros tengo que darme primero a mí misma.

¡Es maravilloso, rodeate de mujeres sabias!!!

Gracias por ser una de ellas. Feliz día de la mujer.

 Madhu