La Mujer Domesticada

 

Mujer Todo Terreno o Mujer Domesticada, tanto una cosa como la otra tienen mucho en común.

Son uno de tantos personajes que podemos desarrollar en nosotras, de la mujer que no se tiene en cuenta, que se siente culpable por todo, que prioriza a todos primero que, a ella, la que no cuenta lo que ella siente, la que no tiene tiempo para sus cosas, es la secretaria de su marido, la enfermera, la criada, la chofer de sus hijos y más cosas.

¿Cómo y cuándo se crea el personaje de la Mujer Domesticada?

Desde niña, de lo que vamos viendo, oyendo y sintiendo.

Nuestra infancia es muy importante, es la etapa de nuestra vida que vamos creando nuestra personalidad, las experiencias vividas de niñas determinan nuestra calidad de vida cuando somos adultas.

Nuestra madre fue nuestra maestra y referente de vida, con ella aprendimos a creer o no en nosotras y darle o no valor a lo que sentimos, aprendimos a ser obedientes, buenas y sumisas, (domesticadas), o a ser auténticas, a darle importancia a nuestras necesidades o a las suyas, a pensar y tomar nuestras decisiones, o a cumplir sus deseos, sin respetar ni validar nuestros sentimientos.

Muchas veces a pesar de sus esfuerzos, pudimos pensar que no fueron o son esa madre que nos hubiese gustado tener, y crecemos insatisfechas con necesidad de más apoyo, más comprensión, más cariño, más atención, etc…

¿Cómo influye la figura de la madre en nuestra vida?

  • La familia es la primera tribu, (luego creamos otras) en ella nacimos y hemos crecido, pero es la madre la figura de mayor importancia de toda la tribu, a través de ella se nos dio la vida y también sus mandatos.
  • La madre influye en nuestra historia de vida de forma total.
  • El vínculo con la madre es para siempre.
  • Ella fue nuestra primera experiencia de amor y fusión, a veces esa fusión no se dio y genero un vacío.
  • A veces la madre desde sus carencias volcó en su hija sus expectativas, para llenar sus vacíos, y pudo llegar a ser un amor ausente o asfixiante.
  • El vínculo entre una madre y su hija es el más profundo que existe, es nuestro primer vínculo afectivo, sentirse amada y nutridas por ella es fundamental para nuestro crecimiento mental y emocional que afectará de una forma u otra a nuestras relaciones futuras.
  • Según como fuera la relación con nuestra madre se generó una u otras heridas que marcaron de una u otra forma nuestra manera de relacionarnos con nosotras mismas y con los demás.

Nos marcó muchas cosas y nos anuló muchas otras, por ejemplo, cuando te obligaba a:

  • A soportar el carácter y comportamientos de un padre violento.
  • A dormir la siesta con el abuelo, a pesar de que te deba asco
  • No poder jugar porque tenías que cuidar de tu hermano el pequeño.
  • Hacer ballet, gimnasia rítmica o solfeo, cuando a ti lo que te gustaba era la hípica, las artes marciales, o pintura.
  • A comer la crema de verduras que te daba angustia o si no quedarte castigada sin levantarte de la mesa hasta el día siguiente
  • Dormir sola cuando tenías miedo a la oscuridad.
  • No poder expresar tus necesidades de hambre, sed o miedo.
  • Avergonzarte y dejarte como tonta ante los demás.
  • A pasar las vacaciones en el pueblo en casa de los tíos que a ti te caían tan mal y no te sentías segura con ellos.
  • Ir a clase con un profesor que te castigaba injustamente, gritaba o pegaba y no te defendía…

Es muy posible que crecieras con la sensación y la creencia de que:

  • “No importa lo que yo sienta”
  • “Soy tonta y burra”
  • “No me entero de nada”
  • “Me merezco que no me quieran”
  • “No valgo nada”
  • “Tengo que luchar mucho para lograr algo”
  • “El que te quiere te hará sufrir”…

Esto es muy grave para una niña, que crece desconectada, insegura de ella misma, con miedo a que la castiguen o abandonen si no hace lo que los demás quieren.

Le quita valor y fuerza para discernir y defender lo que es bueno para ella.

Se va anulando la capacidad de sentir, va anestesiando su cuerpo y congelando las emociones, en definitiva, va desconectando de las propias necesidades.

Si algo de esto o cosas parecidas te pasó, es muy probable que no supieras que eres una mujer domesticada, mujer sumisa, mujer herida, pero hoy ya no puedes mirar para otro lado, hoy puede ser el primer día de un cambio importante para tu vida como mujer.

  • Si de niña no validaron tu sentir, ni les dieron voz a nuestras necesidades genuinas.
  • Si nuestra madre no respeto y nos defendió, crecimos solas y esa soledad nos puede acompañar toda la vida, creando dependencias en la pareja o no creyendo merecer ser amadas.
  • Si fuimos las muñecas de nuestras madres, con las que jugaron, o nos convertimos en su apoyo, su madre o su hermana mayor, si nos dejaron en casa de la abuela mientras atendía a nuestra hermana pequeña, si nos prohibió quejarnos cuando nos caíamos de la bicicleta… crecemos sintiendo que no somos importantes.

Así se nos fue moldeando según sus necesidades sin tener en cuenta las nuestras, y fuimos creciendo como una mujer domesticada, encadenada a cadenas invisibles, impidiendo nuestro crecimiento y desarrollo…

Todo esto nos convierte en una mujer domesticada

Características de una mujer domesticada con la pareja:

  • La mujer domesticada siente como un piropo que le digan que es “todo terreno” o se lo dice a ella misma.
  • Se siente una mujer diez porque trabaja los 365 días del año, dentro y fuera de casa, se ocupa de todo, de los hijos, el abuelo, el trabajo, el perro y el gato…
  • Pretende satisfacer todas las necesidades de su pareja, o espera y demanda que su pareja le satisfaga tus necesidades. (Esto es una actitud infantil que tiene que ver nuestras cadenas invisibles heridas por sanar).
  • Controla lo que hace y lo que no hace su pareja (Esto tiene que ver con tu necesidad de tenerlo todo bajo control y tu dificultad para fluir con las cosas)
  • No confía en que la otra persona realmente le quiera, y duda de su amor
  • Se deja elegir por una persona para ser su pareja, o sigue en relación que no le aporta lo que quieres.
  • Usa el sexo como moneda de cambio para sentirse querida.
  • Su pareja le obliga a que se ocupe de sus cosas, su ropa, su comida, sus financias, su cuidado, el de sus hijos (si está separado).
  • Le enfada que controla su móvil, su agenda, su bolso y no le dice nada…
  • Se adapta a todo lo que le dice su pareja por no discutir.
  • Le humilla y le quita importancia.
  • Una Mujer Domesticada NO sabe que quiere, ni como, ni cuando, ni con quien.
  • Vive permitiendo abusos de todo tipo, dejándose llevar por la corriente, aceptando el maltrato, el abuso, y el abandono como cosas normales que le pasan por ser como es.
  • Crea un guion de vida de maltrato constante, llevándolo a otras relaciones, permitiendo que le trate mal y le exija como hizo su madre.
  • Se siente torpe y culpable cuando la otra persona demanda satisfacer sus necesidades y expectativas y le castigue por no ser perfectas.

Si te identificas con algo de esto, priorízate y ocúpate de ti YA,
no lo pospongas es muy importante para que puedas
vivir una vida plena y con éxito.

Cuídate… Un abrazo

Madhu Román