El duelo es la etapa después de una pérdida.
Las pérdidas son experiencias duras por las que todos en mayor o menor medida pasamos todas las personas a lo largo de la vida.
Aunque muchas personas lo asocien a la muerte, este proceso también puede ocurrir cuando nos rompen el corazón, nos traiciona una amiga, o cuando perdemos un trabajo después de muchos años en el mismo sitio.
Sin duda superarlo es una experiencia muy dolorosa y cada individuo tiene una forma personal de vivirlo.
Tipos de pérdidas
- Separaciones, divorcio
- Muerte de seres queridos
- Traición y abandono de un amigo
- Abortos…
- La pérdida de un trabajo
- Dejar por traslado tu país, tu ciudad, tu casa, tu trabajo
- o cualquier otra situación que genere sentimientos de dolor, tristeza y desesperanza
- Pérdidas de capacidades físicas, por ejemplo, la amputación de un pecho, el útero, una mano, un pie…
- Pérdidas materiales y económicas
- Pérdidas evolutivas: el nido vacío, vejez, jubilación, etc…
Algunos Tipos de duelo
1.- Duelo anticipado
El duelo anticipado es aquel que se da antes de que la perdida haya ocurrido. Es cuando se diagnostica una enfermedad grave incurable, en el proceso de al enfermedad se va uno preparando para el desenlace, o una relación de pareja que con el tiempo se va anunciando la separación o divorcio debido al malestar en la relación.
La persona experimenta distintas emociones y sentimientos anticipados que le prepararán emocional y mentalmente para la pérdida.
Este proceso de duelo anticipado es un proceso menos agudo debido a que cuando llega el momento del desenlace se suele experimentar con mayor aceptación.
2.- Duelo retardado
También recibe el nombre de duelo congelado. Suele darse en personas que controlan en exceso sus emociones, dan la imagen de fuertes y que lo han asumido.
En cierta manera es una forma de evitar el sentir el dolor de la perdida, y a veces una forma de cuidar a los demás, hijos, hermanos, padres y ocuparse de cosas importantes para el bien de todos.
3.- Duelo inhibido
El duelo inhibido se produce cuando la persona tiene dificultad para expresar los sentimientos, le cuesta llorar y romperse, es una forma de evita el dolor de la pérdida. Este tipo de duelo suele generar ansiedad y manifestaciones psicosomáticas.
4.- Duelo sin resolver
El duelo sin resolver, significa que la persona sigue sin aceptar la perdida, queda enganchada a la situación y después de un cierto tiempo, no lo ha superado este tiempo suele ser entre 18 y 24 meses.
5.- Duelo negado
Este tipo de duelo se refiere a cuando la persona niega la perdida, la persona ha quedado estancada en esta fase porque no quiere hacer frente a la situación, en muchos casos de separación o abandono de una pareja o ser querido, la persona sigue esperando que vuelva.
No todas las pérdidas generan el mismo sufrimiento en la fase de duelo, este dependerá de los recursos u otras variables psicológicas que tenga cada persona, como la autoestima y la falta de habilidades sociales para superarlo.
La importancia de hacer terapia tras un duelo
La terapia tras un duelo es de suma importancia debido a que el proceso de duelo es una reacción natural y normal frente a la pérdida de alguien o algo significativo en nuestras vidas.
La terapia puede ser especialmente útil por varias razones:
1.- Aceptación y comprensión:
A través de la terapia, se brinda un espacio seguro para expresar emociones y sentimientos que pueden ser difíciles de compartir con otras personas cercanas.
Una terapeuta entrenada puede ayudar a la persona muchísimo en su duelo y a comprender y aceptar sus emociones y procesos internos.
2.- Normalización de la experiencia:
La terapia ayuda a la persona en duelo a darse cuenta de que lo que está experimentando es una respuesta normal y común ante la pérdida. Esto puede disminuir los sentimientos de aislamiento y soledad que pueden surgir durante el duelo.
3.- Aprendizaje de habilidades de afrontamiento:
Durante la terapia, se pueden aprender estrategias y técnicas para manejar el dolor y la tristeza. Esto incluye aprender a lidiar con pensamientos intrusivos, enfrentar momentos difíciles y encontrar formas saludables de expresar las emociones.
4.- Evitar complicaciones del duelo:
En algunos casos, el duelo puede desencadenar problemas más graves, como depresión o ansiedad. La terapia puede ayudar a prevenir o abordar estas complicaciones antes de que se agraven.
5.- Promover el crecimiento personal:
Aunque puede parecer paradójico, el duelo también puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y el fortalecimiento emocional. La terapia puede ayudar a la persona a encontrar significado y propósito en su experiencia, lo que les permitirá avanzar en la vida de una manera más saludable y significativa.
6.- Apoyo durante el proceso de adaptación:
El duelo implica adaptarse a una nueva realidad sin la presencia física de la persona o la situación perdida. La terapia puede ayudar en este proceso de adaptación, ofreciendo un apoyo continuo mientras se transita hacia una nueva etapa de la vida.
En resumen, la terapia tras un duelo es esencial para proporcionar el apoyo y las herramientas necesarias para sobrellevar la pérdida de una manera saludable y constructiva.
Si bien el duelo es un proceso natural, la guía y el acompañamiento de un profesional pueden marcar la diferencia en el bienestar emocional y mental del individuo.
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