Amarse a uno mismo es honrar la vida

Amarse a uno mismo es honrar y bendecir a la existencia que se manifiesta a través de todo y de todos.

Cada uno traemos una historia y solo nosotros podemos vivir experimentar y darle un mejor lugar y sentido.

Honrar a la vida es entrar en silencio con ella, realmente es maravilloso, es una sensación profunda de conexión con lo sagrado, nos hace sentirnos libres, expansivos, autosuficientes y a salvo.

Es igual que tener una relación con un amante muy especial, íntima y maravillosa. ¡Es realmente fantástico, muy placentero, orgásmico! Cuando nos amamos y nos tratamos bien, inevitablemente atraemos a personas que nos tratan con el mismo respeto y cariño.

Ama sin límites, pero no te olvides de ti ni un momento.

Cuanto más te ames, más te desapegaras de la necesidad de ser amado por otro y te sentirás libre. Que tu objetivo sea SER FELIZ.

Recuerda que tu felicidad es el mejor regalo que puedes ofrecer a los demás, empezando por tu sistema familiar, tus hijos, padres, pareja, amigos…

“La vida es sagrada, proponte disfrutarla cada minuto”.

Para Amarse a uno mismo RECUERDA:

Los amores que hacen sufrir ni son amor ni son relaciones sanas, y si no les dejas te mataran poco a poco, de ti depende.
El amor no es cuestión de buena suerte o mala suerte, se trata de desarrollar la inteligencia emocional y saber gestionar bien tu vida.
Tu dignidad no es negociable, si tu amor por alguien pone en juego tu dignidad, ten claro que no te conviene.
Amar no significa desaparecer en el otro.
En una relación el amor y el respeto tiene que ser recíproco, aquél que se da y se recibe en la misma medida.
Todos tenemos el derecho de ser felices y la responsabilidad de lograrlo.
El egoísmo sano consiste en respetar las propias necesidades y sentimientos.
El amor de una persona dependiente, pasa factura y el sufrimiento está asegurado.
Se impecable con tus palabras.No digas sí cuando tu corazón diga no.
En momentos de crisis lo que realmente necesitamos, más que otra cosa, es cultivar el perdón hacia nosotros mismos.
Lo que no quieras enterarte hoy, la vida mañana te lo dirá más fuerte.
Las alarmas son como los virus, si no se atienden, con el tiempo crecen y te matan.
El tiempo no lo arregla todo, lo que no va bien lo complica, y puede acostumbramos y normalizar hasta lo más tóxico.
El amor en sí mismo no hace sufrir, hace sufrir la forma de entender equivocadamente el amor, y la manera de relacionarse.
Aquello que te pesa y aceptas porque “te sabe mal”, acabará por hundirte, convirtiéndote en una persona amargada.
Los celosos son ladrones de la libertad. Un amor sin libertad es una prisión.
Los vampiros emocionales son personas normales que tienen comportamientos tóxicos, y su forma de amar primero ata y luego mata.
Nunca pidas más de lo que tú estés dispuesto a dar, ni aceptes menos de lo que te mereces.
En toda relación cuando ha llegado a su fin, posponer la partida solo sirve para sacar lo peor de cada uno, haciendo que el final sea amargo.