“Si sufres es por ti. Si te sientes feliz es por ti. Si te sientes dichoso es por ti. Nadie más es responsable de cómo te sientes, sólo tú y nadie más que tú. Tu eres el infierno y el cielo también” Osho.
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Una relación inconsciente mantenida se puede convertir al final en una relación tóxica. Lo tóxico es maltrato; como la violencia, la humillación, la falta de respeto, el reproche, la indiferencia, la burla, la desvalorización, la descalificación, la exigencia, la manipulación, la sobreprotección, la posesión, el abandono, la culpa, la invasión…
Hay quien piensa que sufrir por amor es normal si la otra persona te importa y hay quien mide su amor por la intensidad de su sufrimiento. Una relación tóxica tiene siempre algo de masoquismo y dependencia… es una forma insana de amar que enferma el cuerpo y el alma. Es tóxico el amor que hace daño, anula, humilla o atormenta. Aunque parece evidente, puedo asegurar que en ocasiones es muy difícil reconocerlo y, si no se ve, no es posible solucionarlo.
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Para mucha gente el amor es una fuente de conflictos, dolor y pérdida de libertad. Cuando se vive por y para alguien que te hace sufrir se anula la propia personalidad. Un amor tóxico distorsiona la forma de ver la realidad, envenena a la persona, destruye poco a poco el vínculo y se convierte en una carga muy pesada de llevar.
Las mujeres pueden confundir con mayor facilidad que los hombres el amor con la sumisión, por haber sido educadas para cuidar y estar disponibles siempre para los demás, pase lo que pase, especialmente para la pareja. Pero por supuesto, también hay hombres a quienes afecta de igual forma.
El maltrato es amor tóxico en su grado mayor: destruye lentamente a la persona y deja secuelas importantes, muchas veces para toda la vida. El amor sano no humilla jamás ni hace daño.
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La dignidad es un valor innegociable. Nadie puede cuidarte ni amarte como tu mismo. Es tu responsabilidad hacerlo.
Aquí te mostramos algunos modelos de relaciones tóxicas:
- Si sigues en una relación de pareja en la que no te sientes importante, a pesar de haber escuchado con claridad muchas veces “no eres la persona que quiero en mi vida”. Aún así, ni te vas, ni el otro te deja marchar…
- Tienes una relación con una persona casada, que te dice que te quiere a ti, pero vive con la otra persona.
- Estás con una persona ambigua: no sabe si te quiere o no en su vida y tú mientas tanto sigues esperando a ver si se decide.
- Aceptas cosas de tu pareja que par ti son innegociables como la infidelidad, la mentira, el grito, la indiferencia o la humillación.
- Te estás enamorando de una persona que está en una fase de divorcio eterna. Te dice que su relación con su pareja anterior está muerta, pero no acaba de marcharse de su lado. Si te quedas esperando, el sufrimiento está asegurado.
Fragmento extraído del Libro
“La pareja, Un Viaje Mágico”
Madhu Román